viernes, 23 de noviembre de 2012

Wonderful life, Hurts.

En un puente que cruza el río Severn la noche de un sábado, Susie conoció al hombre de sus sueños.
—Me he metido en problemas -él dijo-. Si no le importa, prefiero estar solo.

Pero había algo en el aire, compartieron una mirada en silencio y todo fue comprendido. Susie atrapó a su hombre y le dio un apretón en la mano mientras la lluvia le dejaba unas lágrimas.

Conduciendo a través de la ciudad hasta Temple Station hubo lloros en el asiento de piel. Susie sabía que era un hombre de familia, pero el mundo se le había llevado abajo.

Así que le empujó contra la pared y los besos ardieron como el fuego. Y, de repente, él empezó a creer. La tomó entre sus brazos y, sin saber por qué, comenzó a ver.

No te vayas. Nunca te rindas. Esta vida es maravillosa.


martes, 13 de noviembre de 2012

Seis y medio.

Soy cada hoja de tu libro favorito. Antes completamente blanca, ahora tatuada con poemas de amor e historias de miedo; jugando a ser detective y trabajando como profesora. Siempre azafata de vuelos mentales.

Esclava del deseo de tus dedos recorriéndome, aquellos humedecidos en tu saliva. Rózame suave. Siénteme. Puedes llenarme de lágrimas, seré consuelo. Échame de menos, que aquí estaré esperándote.


No me dobles, no me pintarrajees, no me rompas, que yo también tengo sentimientos.

Seis.

Soy la primera hoja que cae del árbol; verde o marrón como los granos de café. Me dejo llevar por el viento que me arrancó de mi hogar para jugar al pilla-pilla con cualquiera que intente alcanzarme.

Subo y bajo; asciendo y desciendo; avanzo y retrocedo; me elevo, me alzo; me derrumbo, me caigo. Me enredo entre tu pelo y te hago cosquillas en la nariz.


Y termino en el suelo, sucia y mojada, como alfombra de quien camine sobre mí.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Seamos juntos.

Es algo que no acertaría a expresar, mas estoy segura de que tú, como todo el mundo, abrigas una vaga idea de lo que hay, o debe haber, fuera de ti algo de tu propia existencia. ¿Qué valor tendría el haber sido yo creada si toda yo estuviese en lo que aquí ves? Mis grandes penas de esta vida han sido las penas de Heathcliff. Todas las he visto venir y las he sufrido desde el principio. Mi única razón de vivir es él. Si todo lo demás sucumbiera y él quedase, yo continuaría viviendo; pero si lo que quedase fuese lo demás y el desapareciera, el mundo me sería ajeno en absoluto, y yo no parecería siquiera de este mundo. Mi cariño por Linton es como el follaje en el bosque. El tiempo lo transformará, lo sé, como transforma el invierno los árboles. Mi amor por Heathcliff se asemeja a las rocas inmutables que están debajo: manantial de escasa alegría, aparentemente, pero necesario. ¡Nelly, yo soy Heathcliff! Está siempre, siempre, en mi alma; no como un gozo, puesto que no soy en todo momento un gozo para mí misma, sino como mi propio ser.
Cumbres borrascosas, Emily Brontë.