jueves, 31 de enero de 2013

L de Lucero.

Me gusta leer los pliegues de tu camisa.
El dobladillo de la falda que baila en tus caderas.
Los mechones que cubren tu cara.

Cuando no me miras
leo las arrugas de tu frente
y el número de veces que
tu piel se eriza
y yo suspiro.

Leo en tu cuello el ritmo de tus latidos 
para saber cuándo es mejor callar
o si debo espantar las mariposas.

Intento leer entre líneas cuando entrecierras los ojos tanto, tanto,
que no sé si son cielo encapotado,
mar agitado,
bosque frondoso,
noche oscura
o café humeante.

También tus manos.
Ora en tu pelo.
Ora en tu cuello.
Mejilla.
Labios.
Hombro.
Ora en tu muslo.
Y oro yo por seguir sus pasos.

Lo que quiero es escribir en cada rincón de tu cuerpo
con las manos,
con las uñas,
con los labios,
con los dientes,
con la lengua,
que no hay otro templo que quiera visitar todas las noches
ni devoto más ferviente.

Quiero que me cegues
para poder
así
leerte con las manos.

domingo, 20 de enero de 2013

Me preposicionas.

Parece que hemos vuelto a pillarnos los dedos con el cajón de los recuerdos entre la ropa interior, cuando no está en el suelo.

Y es que las horas duran un latido si me rozas con tus dedos.
Un pestañeo si besas mi pelo.
Pero no es el tiempo sino nosotros.

Lo relativo es tu cuerpo o es el mío. Ambos.
O ante. Tras.
O bajo. Sobre.
O con. Sin.
O contra. Entre. Hacia.
O desde. Hasta.
O durante. Mediante.

Nunca entenderé por qué lo bueno, siendo efímero, puede ser mejor.

jueves, 10 de enero de 2013

F de Funambulismo.

¿Cae la noche o caen los sueños por cada rincón de la habitación?
Qué fría está la cama cuando te echa de menos.
Y qué frío siento yo cuando no me abrazas.

Como si estuviese en la cuerda floja manteniendo el equilibrio a base de suspiros.
Y el vaho empañase mis gafas.
Y sólo viese abismos nebulosos.

Pero menos mal que tú.
Tú enseñando.
Tú guiando.
Tú insistiendo.

Llego al final y vuelvo a empezar.
fingiendo.

lunes, 7 de enero de 2013

B de Belleza.

Ella bailaba y era viento buscando camino.
Su cuerpo se movía al compás de mis manos.
Un salto hacía la noche y brillaba como una estrella.
Quién no querría besar sus pasos.

sábado, 5 de enero de 2013

C de Corazones Cojos.

Quiso cambiarme sus cartas cobardes por las mías del tarot.
Decía que así podría controlar su futuro y eludir las consecuencias.
Pero al final cayó y rodó cual canica cuesta abajo.

Deberías haber elegido otro juego más sencillo que el amor.

viernes, 4 de enero de 2013

V de Viento.

Y me dijo:
Ven.
Pero yo no quería dejarlo todo.
Así que di media vuelta y volé en todas las direcciones excepto en la suya.
Tal vez durante mi persecución volverían a crecerle alas.

martes, 1 de enero de 2013

De mayor quiero ser naturaleza.

Quiero bailar cada noche con las estrellas.
Quiero jugar con los rayos de sol cada mañana.
Quiero pasar la tarde tumbada en una nube merendando las gotas que se formen en tu espalda.
Que lo mejor de la naturaleza es imitarla en tu cama.

Y ser terremoto y rasgar sus vestiduras porque no estás y se escandaliza.
Y ser tornado que te atrapa y te hace girar y gritar; gemir, gruñir, graznar y gorjear; gotear y gorgotear; gesticular y guiñar; guarecer, gestar y germinar; galopar y ganar; guiar, gozar y gobernar.
Y ser volcán que entra en erupción y escupe poesía que arrasa tus bosques.
Y ser avalancha y enterrarte en mi cuerpo.
Y tsunami y dejarte empapado.

Podemos dejar la primavera y sus cerezos para cuando amaine el temporal,
aunque la calma nunca llegue.