Quiero jugar con los rayos de sol cada mañana.
Quiero pasar la tarde tumbada en una nube merendando las gotas que se formen en tu espalda.
Que lo mejor de la naturaleza es imitarla en tu cama.
Y ser terremoto y rasgar sus vestiduras porque no estás y se escandaliza.
Y ser tornado que te atrapa y te hace girar y gritar; gemir, gruñir, graznar y gorjear; gotear y gorgotear; gesticular y guiñar; guarecer, gestar y germinar; galopar y ganar; guiar, gozar y gobernar.
Y ser volcán que entra en erupción y escupe poesía que arrasa tus bosques.
Y ser avalancha y enterrarte en mi cuerpo.
Y tsunami y dejarte empapado.
Podemos dejar la primavera y sus cerezos para cuando amaine el temporal,
aunque la calma nunca llegue.
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