Hubo una vez un hombre. Uno de tantos. Vestía gabardina y sombrero. Guardaba una pipa en el bolsillo interior pero no llevaba tabaco.
Nunca le conocí, pero todas las mañanas esperaba impaciente el tren en mi estación; todas las madrugadas, regresaba. La pipa sin humo en la boca, la gabardina ligeramente arrugada, el sombrero impoluto. Lo sé porque soy vigilante nocturno y coincidíamos a mi salida y entrada.
Un día después del trabajo decidí seguirle. Descubrí que cambiaba de vagón en cada estación y de tren en cada intercambiador. El trayecto duró todo el día.
No sé si intuía que alguien le seguía. No sé si era él quien perseguía a alguien; a algo. No sé si pretendía despistar a la vida. No sé si desconocía su destino. No sé si lo logró.
miércoles, 12 de junio de 2013
sábado, 8 de junio de 2013
El nombre del viento
A veces juego a averiguar en qué momento perdí el rumbo y me adentré en el bosque pero en mi cabeza sólo hay árboles que me impiden buscar en sus profundidades balanceando sus hojas para llevarme donde ellos quieren.
Así que yo me estoy dejando porque, tal vez, ellos sepan la salida.
Así que yo me estoy dejando porque, tal vez, ellos sepan la salida.
domingo, 5 de mayo de 2013
Breve historia de amor.
—Auscúltame -le dijo-, que quiero enseñarte algo.
Era el batir de alas de mil mariposas.
Era el batir de alas de mil mariposas.
sábado, 4 de mayo de 2013
Forbidden kiss.
Sensing your breath on my skin so tenderly. I'm going insane.
Facing tragedy with the touch of your kiss. I'll take the risk.
Sensing your breath on my skin so tenderly I'm going insane.
Facing tragedy with the touch of your kiss I'll take the risk.
Sensing your breath on my skin so tenderly.
I'm going insane facing tragedy with the touch of your kiss. I'll take the risk.
Sensing your breath on my skin.
So tenderly I'm going insane facing tragedy.
With the touch of your kiss I'll take the risk.
Facing tragedy with the touch of your kiss. I'll take the risk.
Sensing your breath on my skin so tenderly.
I'm going insane facing tragedy. With the touch of your kiss I'll take the risk.
Sensing your breath on my skin so tenderly I'm going insane.
Facing tragedy with the touch of your kiss I'll take the risk.
Sensing your breath on my skin so tenderly.
I'm going insane. Facing tragedy with the touch of your kiss I'll take the risk.
Sensing your breath on my skin so tenderly.
I'm going insane facing tragedy with the touch of your kiss. I'll take the risk.
Sensing your breath on my skin. So tenderly I'm going insane.
Facing tragedy with the touch of your kiss. I'll take the risk.
Sensing your breath on my skin.
So tenderly I'm going insane facing tragedy.
With the touch of your kiss I'll take the risk.
Sensing your breath on my skin.
So tenderly I'm going insane facing tragedy with the touch of your kiss.
I'll take the risk.
El pasatiempo favorito del escritor es la puntuación.
viernes, 3 de mayo de 2013
La primavera se ha enredado en tu pelo.
—Me gustas como un oso en primavera.
—¿«Un oso en primavera»? -Midori volvió a levantar la cabeza-. ¿Qué es esto? ¡«Un oso en primavera»!
—Imagina que paseas sola por un prado y se te acerca un osito con la piel aterciopelada y unos ojazos. De pronto el osito te dice: «¡Buenos días, señorita! ¿Quiere usted rodar conmigo?». Entonces tú y el osito os pasáis el día entero rodando abrazados por una ladera sembrada de tréboles. Es bonito, ¿no?
—Muy bonito.
—Pues a mí me gustas tanto como eso.
Tokio blues (Norwegian Wood), Haruki Murakami.
domingo, 31 de marzo de 2013
Despacito y con buena letra.
Ven. Ven despacito y con buena planta.
Que parezca que el tiempo se detiene mientras nos encontramos
y que tus pies conocen el camino.
Ven. Ven despacito y con buenos ojos.
Que las arrugas en el vestido,
estos ríos negros en las mejillas,
el lazo deshecho
y la respiración entrecortada
es por la agitación que sufren mis mariposas.
Ven. Ven despacito y con buena meta.
Que estos brazos no se cansan de estar abiertos
ni este pecho de esperar tu sombra.
Ven. Ven despacito y con buenas intenciones.
Que las malas nos esperan en la cama
junto con el té de las cinco
y cinco te quieros que atrapé la última noche.
Ven. Ven despacito y con buena letra.
Que yo te presto saliva para que escribas en mi cuerpo
poesía.
Ven. Ven despacito pero no pares.
Que el tiempo se corre lentamente entre tus piernas
y si lo detienes muere, amor.
Que parezca que el tiempo se detiene mientras nos encontramos
y que tus pies conocen el camino.
Ven. Ven despacito y con buenos ojos.
Que las arrugas en el vestido,
estos ríos negros en las mejillas,
el lazo deshecho
y la respiración entrecortada
es por la agitación que sufren mis mariposas.
Ven. Ven despacito y con buena meta.
Que estos brazos no se cansan de estar abiertos
ni este pecho de esperar tu sombra.
Ven. Ven despacito y con buenas intenciones.
Que las malas nos esperan en la cama
junto con el té de las cinco
y cinco te quieros que atrapé la última noche.
Ven. Ven despacito y con buena letra.
Que yo te presto saliva para que escribas en mi cuerpo
poesía.
Ven. Ven despacito pero no pares.
Que el tiempo se corre lentamente entre tus piernas
y si lo detienes muere, amor.
domingo, 17 de febrero de 2013
R de Roce Ralentizado.
He recorrido un camino a ninguna parte con la esperanza de encontrar tu nombre,
pero cuando llegué
ya te habías ido.
He recorrido un camino a ninguna parte porque pensé que en cualquier otro lugar,
en cualquier otro momento,
en cualquier otra circunstancia,
volveríamos a ser nosotros.
Tú y yo. Tú, yo.
Ahora, tu yo. Tuyo.
Dijiste que esperarías.
Pero los árboles ya se han quedado sin hojas y yo sin piel de arrancármela a tiras con sus ramas.
Ya no sé si llueve o lluevo.
Y al final el frío ha calado los huesos que una vez reverenciaste.
pero cuando llegué
ya te habías ido.
He recorrido un camino a ninguna parte porque pensé que en cualquier otro lugar,
en cualquier otro momento,
en cualquier otra circunstancia,
volveríamos a ser nosotros.
Tú y yo. Tú, yo.
Ahora, tu yo. Tuyo.
Dijiste que esperarías.
Pero los árboles ya se han quedado sin hojas y yo sin piel de arrancármela a tiras con sus ramas.
Ya no sé si llueve o lluevo.
Y al final el frío ha calado los huesos que una vez reverenciaste.
sábado, 2 de febrero de 2013
T de Tensión Temporal.
Hoy he vuelto a recordar tu nombre.
O tal vez fuese el de otra que confundí contigo.
Se posó en mi lengua y vino a mis labios como una balada triste.
Como tú en primavera viendo escapar el frío de tus manos.
Como tú conmigo.
Como todas ellas.
O tal vez fuese el de otra que confundí contigo.
Se posó en mi lengua y vino a mis labios como una balada triste.
Como tú en primavera viendo escapar el frío de tus manos.
Como tú conmigo.
Como todas ellas.
jueves, 31 de enero de 2013
L de Lucero.
Me gusta leer los pliegues de tu camisa.
El dobladillo de la falda que baila en tus caderas.
Los mechones que cubren tu cara.
Cuando no me miras
leo las arrugas de tu frente
y el número de veces que
tu piel se eriza
y yo suspiro.
Leo en tu cuello el ritmo de tus latidos
para saber cuándo es mejor callar
o si debo espantar las mariposas.
Intento leer entre líneas cuando entrecierras los ojos tanto, tanto,
que no sé si son cielo encapotado,
mar agitado,
bosque frondoso,
noche oscura
o café humeante.
También tus manos.
Ora en tu pelo.
Ora en tu cuello.
Mejilla.
Labios.
Hombro.
Ora en tu muslo.
Y oro yo por seguir sus pasos.
Lo que quiero es escribir en cada rincón de tu cuerpo
con las manos,
con las uñas,
con los labios,
con los dientes,
con la lengua,
que no hay otro templo que quiera visitar todas las noches
ni devoto más ferviente.
Quiero que me cegues
para poder
así
leerte con las manos.
El dobladillo de la falda que baila en tus caderas.
Los mechones que cubren tu cara.
Cuando no me miras
leo las arrugas de tu frente
y el número de veces que
tu piel se eriza
y yo suspiro.
Leo en tu cuello el ritmo de tus latidos
para saber cuándo es mejor callar
o si debo espantar las mariposas.
Intento leer entre líneas cuando entrecierras los ojos tanto, tanto,
que no sé si son cielo encapotado,
mar agitado,
bosque frondoso,
noche oscura
o café humeante.
También tus manos.
Ora en tu pelo.
Ora en tu cuello.
Mejilla.
Labios.
Hombro.
Ora en tu muslo.
Y oro yo por seguir sus pasos.
Lo que quiero es escribir en cada rincón de tu cuerpo
con las manos,
con las uñas,
con los labios,
con los dientes,
con la lengua,
que no hay otro templo que quiera visitar todas las noches
ni devoto más ferviente.
Quiero que me cegues
para poder
así
leerte con las manos.
domingo, 20 de enero de 2013
Me preposicionas.
Parece que hemos vuelto a pillarnos los dedos con el cajón de los recuerdos entre la ropa interior, cuando no está en el suelo.
Y es que las horas duran un latido si me rozas con tus dedos.
Un pestañeo si besas mi pelo.
Pero no es el tiempo sino nosotros.
Lo relativo es tu cuerpo o es el mío. Ambos.
O ante. Tras.
O bajo. Sobre.
O con. Sin.
O contra. Entre. Hacia.
O desde. Hasta.
O durante. Mediante.
Nunca entenderé por qué lo bueno, siendo efímero, puede ser mejor.
Y es que las horas duran un latido si me rozas con tus dedos.
Un pestañeo si besas mi pelo.
Pero no es el tiempo sino nosotros.
Lo relativo es tu cuerpo o es el mío. Ambos.
O ante. Tras.
O bajo. Sobre.
O con. Sin.
O contra. Entre. Hacia.
O desde. Hasta.
O durante. Mediante.
Nunca entenderé por qué lo bueno, siendo efímero, puede ser mejor.
jueves, 10 de enero de 2013
F de Funambulismo.
¿Cae la noche o caen los sueños por cada rincón de la habitación?
Qué fría está la cama cuando te echa de menos.
Y qué frío siento yo cuando no me abrazas.
Como si estuviese en la cuerda floja manteniendo el equilibrio a base de suspiros.
Y el vaho empañase mis gafas.
Y sólo viese abismos nebulosos.
Pero menos mal que tú.
Tú enseñando.
Tú guiando.
Tú insistiendo.
Llego al final y vuelvo a empezar.
Tú fingiendo.
Qué fría está la cama cuando te echa de menos.
Y qué frío siento yo cuando no me abrazas.
Como si estuviese en la cuerda floja manteniendo el equilibrio a base de suspiros.
Y el vaho empañase mis gafas.
Y sólo viese abismos nebulosos.
Pero menos mal que tú.
Tú enseñando.
Tú guiando.
Tú insistiendo.
Llego al final y vuelvo a empezar.
Tú fingiendo.
lunes, 7 de enero de 2013
B de Belleza.
Ella bailaba y era viento buscando camino.
Su cuerpo se movía al compás de mis manos.
Un salto hacía la noche y brillaba como una estrella.
Quién no querría besar sus pasos.
Su cuerpo se movía al compás de mis manos.
Un salto hacía la noche y brillaba como una estrella.
Quién no querría besar sus pasos.
sábado, 5 de enero de 2013
C de Corazones Cojos.
Quiso cambiarme sus cartas cobardes por las mías del tarot.
Decía que así podría controlar su futuro y eludir las consecuencias.
Pero al final cayó y rodó cual canica cuesta abajo.
Decía que así podría controlar su futuro y eludir las consecuencias.
Pero al final cayó y rodó cual canica cuesta abajo.
Deberías haber elegido otro juego más sencillo que el amor.
viernes, 4 de enero de 2013
V de Viento.
Y me dijo:
—Ven.
Pero yo no quería dejarlo todo.
Así que di media vuelta y volé en todas las direcciones excepto en la suya.
Tal vez durante mi persecución volverían a crecerle alas.
—Ven.
Pero yo no quería dejarlo todo.
Así que di media vuelta y volé en todas las direcciones excepto en la suya.
Tal vez durante mi persecución volverían a crecerle alas.
martes, 1 de enero de 2013
De mayor quiero ser naturaleza.
Quiero bailar cada noche con las estrellas.
Quiero jugar con los rayos de sol cada mañana.
Quiero pasar la tarde tumbada en una nube merendando las gotas que se formen en tu espalda.
Que lo mejor de la naturaleza es imitarla en tu cama.
Y ser terremoto y rasgar sus vestiduras porque no estás y se escandaliza.
Y ser tornado que te atrapa y te hace girar y gritar; gemir, gruñir, graznar y gorjear; gotear y gorgotear; gesticular y guiñar; guarecer, gestar y germinar; galopar y ganar; guiar, gozar y gobernar.
Y ser volcán que entra en erupción y escupe poesía que arrasa tus bosques.
Y ser avalancha y enterrarte en mi cuerpo.
Y tsunami y dejarte empapado.
Quiero jugar con los rayos de sol cada mañana.
Quiero pasar la tarde tumbada en una nube merendando las gotas que se formen en tu espalda.
Que lo mejor de la naturaleza es imitarla en tu cama.
Y ser terremoto y rasgar sus vestiduras porque no estás y se escandaliza.
Y ser tornado que te atrapa y te hace girar y gritar; gemir, gruñir, graznar y gorjear; gotear y gorgotear; gesticular y guiñar; guarecer, gestar y germinar; galopar y ganar; guiar, gozar y gobernar.
Y ser volcán que entra en erupción y escupe poesía que arrasa tus bosques.
Y ser avalancha y enterrarte en mi cuerpo.
Y tsunami y dejarte empapado.
Podemos dejar la primavera y sus cerezos para cuando amaine el temporal,
aunque la calma nunca llegue.
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