domingo, 3 de junio de 2012

Entre el misterio y lo juvenil.

Paseando por un centro comercial una tarde de verano, te encontré. Estabas entre el misterio y lo juvenil, tan bien vestido. Tu mirada me decía: "te daré placer que aún no has conocido". Decidí hacerte mío.

Pasamos tan buenos ratos en el sofá, en la cama, en la piscina. Tumbados, sentados, recostados. Risas, miedos, sonrisas y alguna que otra lágrima. Éramos tan felices.

El tiempo pasó y, como ocurre siempre, nuestra relación se fue enfriando. Pero, aunque ya no estábamos tan unidos, yo siempre volvía a ti.

Un día te dejé ir con otra. Merecías que otras manos te acariciasen, necesitabas volver a dar todo lo que yo ya había obtenido.

Y no volviste. Y me dolió.
Odio que no me devuelvan los libros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario