Soy Paris y sostengo la manzana de la discordia. Me debato entre las tres direcciones que puede tomar mi vida. ¿Poder? ¿Sabiduría? ¿Amor? Se desnudan ante mí y continúo deslumbrado. Pero elijo el amor. Siempre el amor.
Soy una manzana que cae del árbol sin golpear a nadie en la cabeza, sin provocar alguna idea revolucionaria. Ruedo por el césped y un conejo con prisa aparece y me come.
Soy el bocado que duerme a la princesa. El objetivo de la flecha en el arco, temblando sobre una cabeza. El pago por la educación de un hijo y una muestra de agradecimiento. Soy quien descubre el bien y el mal al hombre.
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